El Parlamento italiano aprobó una nueva normativa que restringe el acceso a la ciudadanía por “ius sanguinis” (derecho de sangre), limitando el beneficio para descendientes de italianos. La medida fue convertida en ley este martes con 137 votos a favor, 83 en contra y 2 abstenciones en la Cámara de Diputados. Ahora, solo resta la firma de la primera ministra Giorgia Meloni para su entrada en vigor.
Hasta ahora, el sistema permitía solicitar la ciudadanía italiana a descendientes de hasta cinco generaciones. Con la nueva ley, solo podrán acceder quienes tengan un antepasado nacido en Italia con quien compartan un vínculo de primer grado (padre o madre) o segundo grado (abuelo o abuela), y que no haya tenido doble nacionalidad.
Otro de los puntos clave de la normativa es que si un ciudadano italiano se naturalizó en otro país mientras su hijo era menor de edad, ese menor pierde el derecho automático a la ciudadanía.
Quienes hayan iniciado el trámite antes de la aprobación de esta ley podrán continuar con el proceso, siempre que hayan presentado la solicitud antes del 27 de marzo de 2025 a las 23:59 (hora de Roma). Esa fecha funcionará como corte oficial para la aplicación de las nuevas restricciones.
Por otra parte, la norma prevé que las personas nacidas o residentes en Italia que hayan perdido la ciudadanía podrán solicitar su recuperación en un período comprendido entre el 1 de julio de 2025 y el 31 de diciembre de 2027.
Desde el Gobierno italiano argumentaron que el sistema anterior presentaba “limitaciones administrativas” y que las oficinas consulares están saturadas por la gran cantidad de solicitudes, en muchos casos sin criterios claros de prioridad.