Los mercados mundiales vivieron este lunes una jornada de fuertes pérdidas luego de que el presidente estadounidense, Donald Trump, anunciara una nueva oleada de aranceles a sus principales socios comerciales, incluyendo China y la Unión Europea. La respuesta inmediata de Pekín, con medidas de represalia, agudizó el pánico en las bolsas asiáticas, europeas y estadounidenses.
En Asia, el índice Nikkei de Japón cayó un 7,8 %, mientras que Seúl bajó un 5,6 %, Sídney un 4,2 % y Hong Kong sufrió una caída histórica del 13 %, la peor desde la crisis financiera asiática de 1997. En Europa, el DAX alemán retrocedió un 6,5 %, el CAC 40 de París un 5,9 %, y el FTSE 100 de Londres un 5 %, arrastrando a los principales indicadores a niveles no vistos en años.
Wall Street tampoco escapó a la caída: el Dow Jones perdió un 2,85 %, el S&P 500 bajó un 3,24 %, y el Nasdaq —más expuesto al sector tecnológico— cayó un 3,91 % en los primeros movimientos del día. Los contratos futuros también operaban en baja, anticipando una continuidad del desplome.
A pesar del temblor financiero, Trump se mantuvo firme en su postura y en su red Truth Social aseguró que “otros países se han aprovechado durante demasiado tiempo del viejo y bueno Estados Unidos”. Acusó directamente a China como el “mayor abusador comercial” y defendió los aranceles como una medida necesaria para “reconstruir la manufactura nacional”. Las medidas comenzarán a regir a partir del miércoles, incluyendo un 20 % para productos europeos y un 34 % para los provenientes de China.
En medio de la incertidumbre, varios países enviaron delegaciones comerciales a Washington en un intento por frenar la escalada. Desde Europa, el ministro alemán de Economía, Robert Habeck, calificó la medida como “un disparate” y pidió a la Unión Europea mantenerse unida. Desde China, el portavoz de Exteriores, Lin Jian, aseguró que Estados Unidos “no juega limpio” y acusó a Trump de practicar “unilateralismo y acoso económico”.
El cimbronazo también alcanzó a las criptomonedas. Bitcoin cayó un 5 % y cotizaba por debajo de los 80.000 dólares, mientras que Ethereum perdió un 10 %, reflejando el temor generalizado de los inversores.
Aunque los economistas evitan hablar de un “crac”, los analistas coinciden en que la caída es histórica y que podría tener consecuencias serias si las tensiones comerciales no se revierten en el corto plazo.