Con más del 70% de las mesas escrutadas en la Ciudad de Buenos Aires, Manuel Adorni se consagra como el gran ganador de la jornada con un sólido 30,10% de los votos. Un triunfo sin aparato ni operaciones, con el voto de la gente cansada del verso.
En segundo lugar quedó Leandro Santoro, que hizo una buena elección pero demostró ser un pésimo perdedor: después de semanas de encuestas armadas, donde lo daban primero por escándalo, no le quedó otra que masticar bronca en silencio.
El PRO, si bien quedó tercero, lo hizo con dignidad, sin recurrir a encuestas truchas ni operaciones mediáticas. 15,86% y una campaña sin ensuciar a nadie.
Ganó la gente. Perdió el verso. Y las encuestas truchas quedaron en evidencia.
